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Dentro de un medallón oval de plata se guarda esta representación de la Virgen con el Niño, que es réplica del icono bizantino conocido como María «Salus Populi Romani», que se venera en la capilla Borghese de la basílica de Santa María la Mayor de Roma. La devoción a este icono, fechado en los siglos VI o VII, pero que la piedad popular consideraba pintado por el propio evangelista san Lucas, estuvo muy arraigada en la ciudad, de donde se extendió por todo el orbe católico como verdadero semblante de la Madre de Dios. Sin embargo, su consideración como Protectora del Pueblo Romano es relativamente reciente, ya que no lo fue así hasta el siglo XIX, como recuperación neoclásica de una vieja tradición religiosa de la República romana. Actualmente, el icono es muy conocido al utilizar una copia, junto con una cruz desnuda, como emblemas de las Jornadas Mundiales de la Juventud. En el icono, María dirige su mirada a los fieles, mientras sostiene entre sus brazos a su Hijo, que la contempla y los bendice. La imagen del medallón no es un calco, pero el artista ha seguido fielmente su apariencia, como era usual entonces, aunque ha dotado al simulacro de una humanidad, que suaviza el hieratismo del modelo. El medallón, como relicario, guarda también un agnusdéi del papa Clemente IX (1667-1669), algunos huesecillos de santos sin identificar y una cruz patriarcal de astillas de madera, quizá un lígnum crucis, sobre un monte de tela negra. No sabemos a quién perteneció este medallón-relicario pero quizá lo ostentase, colgado sobre su pecho, don Diego del Castillo Villavicencio, que fue quinto abad de la Colegiata (1668-1694).
Juan C. Rubio Masa
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