PIEZA DEL MES - OCTUBRE 2012
Virgen del Pilar
Madera dorada y policromada
57 x 17,5 x 17 cm
Segunda mitad del siglo XVII
Parroquia de la Candelaria, Zafra
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Cuenta una piadosa tradición que al apóstol Santiago le cupo la evangelización de Hispania y que, estando en Cesaraugusta, se le apareció la Virgen, en carne mortal, para consolarle y lo hizo sobre el pilar, que aún se conserva y venera en la basílica que en el sitio se levantara. Ahora bien, no será hasta el siglo XVII cuando la devoción a la Virgen del Pilar se extienda por todos los reinos de España. Y lo hará a raíz del milagro del cojo de Calanda, un prodigio que asombró a las gentes de la época: en 1637, a Miguel Pellicer, un joven calandés, le había sido amputada su pierna derecha en un hospital de Zaragoza. Tres años después, en la noche del 29 de marzo de 1640, súbitamente, le fue milagrosamente restituida por intercesión de la Pilarica. Del suceso hay amplia documentación, pues fue investigado por tribunales civiles y eclesiásticos y hasta por la propia Inquisición, tomando declaración a veinticuatro testigos, entre ellos el cirujano que le cercenó el miembro. Desde entonces fueron numerosas las copias de la Virgen del Pilar realizadas a demanda de los fieles. Es aquella una imagen gótica tallada en la primera mitad del siglo XV por Juan de la Huerta, siguiendo cánones borgoñones. La que se guarda en la Colegiata de Zafra le es bastante fiel. Mide 37 cm, uno más por asentar sus pies sobre nubes; pero viste, se recoge el manto y sostiene al Niño de manera análoga a la original. Se muestra aupada sobre una columna toscana de madera dorada, que en algún momento fue acortada y vuelta; pues la cruz patada que lleva incisa debería verse en el frente. |