EXPOSICIÓN TEMPORAL
Su vida pública estuvo dedicada, por empeño de su padre, al servicio de la monarquía. Ya en 1607, tras su fallecimiento, se estrenaba sustituyéndolo en la embajada real ante el Papado.
En 1610 se encontraba en París negociando con la reina regente María de Médicis. El resultado fue el doble compromiso conocido como las Bodas Españolas.
Su actividad política se desarrolló en los Consejos de Guerra y Estado. Pero, como hombre mordaz y difícil de callar, tuvo enfrentamientos con el valido Conde-duque de Olivares, que procuró alejarlo encargándole virreinatos y gobernaciones: Valencia (1616), Milanesado (1618), Cataluña (1629) y, de nuevo, Milán (1630).
Su actividad militar, circunscrita a la Guerra de los Treinta Años, será la que lleve a sus coetáneos a conocerle como «Gran Duque de Feria». Comenzó en 1620, derrotando a los grisones y asegurando La Valtelina, un paso estratégico del llamado Camino español que enlazaba Milán con Flandes.
Pero su celebridad le vino por sus victorias de 1633 entre Alemania y Suiza. Aquel verano, encabezó el ejército de Alsacia con el que despejaría la ruta a lo largo del Rhin entre Constanza y Breisach, posiciones estratégicas de dicho camino.
En diciembre enfermó de tifus y falleció en enero de 1634.