Convento, museo y ciudad
El Museo Santa Clara abre sus puertas para que los visitantes puedan acceder a la clausura del monasterio de Santa María del Valle, conocido en Zafra como convento de Santa Clara, y recorrer en silencio espacios significativos que forman parte del transcurrir cotidiano de las hermanas franciscanas clarisas. El Museo ocupa una parte sustancial de la clausura monástica: la iglesia y sacristía conventuales, la enfermería nueva y una serie de espacios de tránsito que permiten dar a conocer la grada, una celda y el claustro: espacios todos, construidos entre los siglos XV y XVII, sin los que el visitante difícilmente podría hacerse una idea de lo que es un convento desde el punto de vista material. Pero, el Museo Santa Clara es, también, un paseo por la historia de Zafra, a través del patrimonio histórico artístico del convento y su relación con la Casa de Feria. Desde su fundación, la iglesia y coro conventuales se concibieron como panteón del linaje; por lo que hasta el siglo XIX, el convento fue objeto de un intenso patronazgo por los Suárez de Figueroa. La huella de este mecenazgo queda reflejada en los muros de su clausura y en la colección de piezas artísticas que aún alberga. La situación geográfica de Zafra, unida a la abundancia de sus recursos agrícolas y ganaderos, fueron determinantes para que los Feria apostaran por ella como lugar de residencia. Durante los siglos XV al XVII, la villa se convertiría en el fiel reflejo de su grandeza y progresivo encumbramiento social: el palacio ducal, la colegiata Insigne o este monasterio son claros ejemplos del patrocinio desarrollado por esta familia nobiliaria. |
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